El analista José Carlos Requena advirtió que Jerí solo podrá sostener su aprobación si ofrece “resultados tangibles”, especialmente en homicidios y extorsiones.

La ampliación del estado de emergencia en Lima y Callao, anunciada el veintidós de octubre, aún no muestra efectos claros. La tensión crece porque, como señaló Requena, la gran hiperactividad presidencial no basta si no se traduce en cifras concretas.

A esto se suma el choque con el sector transporte. Las quejas de dirigentes como Martín Ojeda revelan la incapacidad del Gobierno para cerrar acuerdos mínimos. La situación expone el desorden interno y complica a un mandatario que, según Requena, debe evitar escándalos y cuidar a su entorno para no repetir los tropiezos de su antecesora.

El Parlamento también se beneficia del efecto arrastre, aunque no haya hecho méritos recientes. Sin embargo, los cuestionados bonos para congresistas reavivan el malestar ciudadano, recordando que los beneficios económicos siguen ajenos al rendimiento.

Requena insiste en que Jerí y el premier Ernesto Álvarez deben asumir los pendientes heredados y ordenar lo básico antes de julio. Con transportistas en pie de guerra y la inseguridad sin freno, el margen político del presidente se reduce mientras las demandas sociales se multiplican.