También hubo relevos en Cultura, y Vivienda y Construcción, sumando más parches a un gabinete que no logra estabilizarse. La maniobra llega cuando las críticas al gobierno arrecian. Boluarte, con una aprobación que apenas roza el 10 por ciento según encuestas recientes, enfrenta serias investigaciones.

Su ministro del Interior, Juan Santivañez, y su hermano, Nicanor Boluarte, están bajo la lupa por presunto tráfico de influencias y organización criminal, en un caso que amenaza con rozar a la propia mandataria.

No es todo: la fiscalía también la investiga por su rol en la muerte de 50 peruanos durante protestas contra su gestión y por un caso de una operación estética que mantuvo en secreto.

Estos cambios, a pocos meses de la cumbre APEC en Lima, parecen un intento de maquillar la crisis. El equipo de Boluarte, con 19 ministros, sigue siendo un rompecabezas inestable, mientras la sombra de la corrupción no da tregua. Desde que asumió en diciembre de 2022 tras la caída de Pedro Castillo, la presidenta no logra escapar de la tormenta.