Dina Boluarte y Patricia Benavides: el dúo dinámico que blinda la impunidad de los corruptos en el país

La política peruana, siempre tan creativa para eludir la justicia, nos regala un nuevo capítulo de impunidad. La polémica reposición de Patricia Benavides como fiscal suprema, gracias a una decisión de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) que muchos tildan de “sospechosa”, no solo enciende alarmas, sino que parece un guión escrito para salvar a Dina Boluarte y a un puñado de congresistas investigados por casos tan variopintos como mochasueldos, tráfico de influencias y hasta nexos con organizaciones criminales.
La fiscal de la Nación, Delia Espinoza, no se quedó callada y calificó el intento de retorno de Benavides como “el primer paso de un golpe al Estado democrático”. Y no es para menos.
Definitivamente Patricia es la garantía para que muchos funcionarios estatales se libre de la cárcel
— Raúl Salaz (@svraul1256) June 20, 2025
Benavides, quien ya enfrenta investigaciones por presuntos favores a congresistas a cambio de votos, dejó claro que no está de acuerdo con la denuncia constitucional que Espinoza presentó contra Boluarte. ¿Coincidencia? Difícil de creer.
Según los congresistas Jaime Quito y Guillermo Bermejo, este movimiento tiene un objetivo claro: garantizarle a la presidenta un escudo frente a las investigaciones por abandono de cargo, enriquecimiento ilícito (sí, los famosos Rolex), colusión en Qali Warma y hasta las muertes en las protestas de 2022-2023.
Quito, en conversación con este diario, fue tajante: “La reposición de Benavides es ilegal y consolida el control del Ministerio Público por la coalición golpista que tomó el poder en diciembre de 2022. Benavides ya demostró que persigue o perdona según sus intereses políticos”.
Bermejo, por su parte, alertó que el retorno de Benavides beneficiaría a “toda la telaraña política” que asalta las instituciones, con Boluarte como principal protegida.
Pero no solo la presidenta estaría celebrando. El Congreso, ese club de intocables donde abundan los investigados por casos como “Los Niños” o mochasueldos, también respira aliviado.
Desde que Espinoza asumió la Fiscalía, presentó 24 denuncias constitucionales contra parlamentarios como Kelly Portalatino, Guido Bellido y Darwin Espinoza, entre otros. Con Benavides de vuelta, estas investigaciones podrían quedar en el congelador.
El exdefensor del Pueblo, Walter Albán, no se guardó nada: “¿Quiénes quieren que Benavides vuelva? Los que tienen que responder ante la justicia. Ella negociaba con congresistas para archivarles denuncias.
Y ahora, Boluarte busca acuerdos con ella para evitar que la acusen”. Albán también apuntó al entorno presidencial, donde figuras como el premier o exministros con dudoso pasado aplauden en silencio.
El dominical Cuarto Poder arrojó más leña al fuego al revelar que Boluarte habría pedido a Benavides archivar investigaciones por genocidio y violación de derechos humanos a cambio de favores, como la destitución del exjefe de la Sunat. Si esto no es un pacto de impunidad, que alguien nos explique qué es.
Mientras tanto, el país observa cómo la justicia se tambalea. La posible vuelta de Benavides no solo amenaza las investigaciones contra Boluarte y sus aliados, sino que pone en riesgo la lucha contra la corrupción en un Perú que ya está cansado de tanto descaro.