Vergüenza internacional: Dina Boluarte, es la presidente con menor aprobación del mundo

Con apenas un 2 por ciento de aprobación, según los últimos sondeos, Dina Boluarte ostenta un vergonzoso récord: el de ser, posiblemente, la presidente más impopular del planeta. A pesar de su baja popularidad, múltiples escándalos y el rechazo generalizado de la ciudadanía, la mandataria continúa firme en su cargo, y todo indica que llegará al final de su mandato en 2026.
Desde que asumió la presidencia en diciembre de 2022, tras la destitución de Pedro Castillo, Boluarte ha enfrentado una profunda crisis de legitimidad. Su gestión ha estado marcada por episodios de represión que dejaron decenas de muertos durante las protestas del 2023, una docena de investigaciones fiscales, y controversias por no declarar joyas de lujo, relojes de alta gama y hasta una cirugía estética.
🚨🇫🇷"La más odiada del mundo": Boluarte es portada en Francia por desaprobación del 94%
— Perú21 (@peru21noticias) May 20, 2025
Más detalles AQUÍ👇https://t.co/GzSOSQ1KKb pic.twitter.com/C4ISOvv4bF
En mayo, alcanzó su punto más bajo en las encuestas con un 2 por ciento de apoyo ciudadano, según Ipsos Perú. “Podríamos estar hablando de un récord mundial de desaprobación presidencial, sostenido en el tiempo”, sostuvo Alfredo Torres, presidente de la encuestadora, al recordar que lleva casi un año con más del 90 por ciento de desaprobación. Incluso en los 90 países donde Ipsos realiza estudios, no existe otro caso comparable.
Boluarte, sin partido propio ni bancada que la respalde, gobierna en tácita alianza con un Congreso dominado por fuerzas conservadoras y de ultraderecha, cuya propia imagen pública es también extremadamente baja. La mandataria, de 62 años, no puede postularse a una reelección, pero se mantiene como figura central en medio de una fuerte apatía social y la ausencia de liderazgos alternativos.
“La presidenta más débil de la última década en Perú”, según el analista político Augusto Álvarez, parece haberse convertido en una figura funcional para el Congreso. “Es frágil, y eso la hace útil: es como una piñata de la que pueden sacar lo que quieran, sin correr el riesgo de tener que elegir a un reemplazo”, explicó.
Los reclamos sociales, sin embargo, no han desaparecido. “¿Hasta cuándo vamos a vivir con miedo? ¡Lárgate Dina!”, rezaba una pancarta en una reciente manifestación en Lima, donde los ciudadanos también protestaban por el aumento del crimen organizado y la inseguridad. “¡Dina traidora, corrupta y asesina!”, se leyó en otra.
Pese a las críticas, la economía peruana se mantiene como uno de los pilares que sostienen su gobierno. En el primer trimestre del año, el PIB creció 3,9 por ciento, y en 2024 la expansión fue de 3,3 por ciento, cifras que han contribuido a evitar un colapso institucional. “La economía sigue caminando, hay resiliencia y los ingresos están creciendo”, señaló Álvarez.
En las calles, las opiniones son divididas. “No tiene empatía, no resuelve el problema de la seguridad. Esperamos que se vaya para que entre alguien nuevo”, expresó Saturnino Conde, docente de 63 años. Pero también hay quienes relativizan las críticas. “No me parece tan grave que use un Rolex o se haga una cirugía. La economía se está manteniendo”, dijo Blanca Romero, historiadora de 75 años.