Cultura
En París

80 aniversario de la muerte de César Vallejo: el poeta del dolor humano

El 15 de abril de 1938 murió César Vallejo, uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX.

Un día como hoy, hace 80 años, murió César Abraham Vallejo Mendoza, el poeta peruano por antonomasia y uno de los que más arriesgaron con el idioma en esos agitados tiempos de las vanguardias. Su obra poética se encuentra entre las más importantes de la lengua castellana y universal.

Quien es una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX, nació un 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, La Libertad. Los críticos literarios consideran que, en el desarrollo de la poesía posterior al Modernismo, la obra de César Vallejo posee la misma relevancia que la del chileno Pablo Neruda o el mexicano Octavio Paz.

Todo en su obra es original y personalísimo, y de una altura expresiva raras veces alcanzada: sus versos retienen la impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros se transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus profundas inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.

De origen mestizo y provinciano, fue el menor de once hermanos y, de acuerdo con sus biógrafos, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo religioso.

Vallejo realizó sus estudios secundarios en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo.

En 1918 César Vallejo publicó su primer poemario: Los Heraldos Negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Rubén Darío (a quien siempre admiró) y de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene, además, algún augurio de lo que será una constante en su obra: la solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad.

En 1920 Vallejo fue acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular, y pasó tres meses y medio en la cárcel, durante los cuales empezó a escribir otra de sus obras maestras: Trilce, que fue publicada en 1922, es un poemario vanguardista que supone la ruptura definitiva con el Modernismo.

En 1923, tras publicar las estampas y cuentos de Escalas melografiadas y la novela corta Fabla salvaje, viajó a París, donde conoció a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú y conoció a Vladimir Maiakovski, y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce.

En 1931 viaja de nuevo a Rusia y publica El tungsteno, novela social que denuncia la explotación minera de los indígenas peruanos, y Paco Yunque, cuento protagonizado por el niño del título, que padece los abusos de un alumno rico tras su ingreso en la escuela. En 1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Ese mismo año regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil española, reunió fondos para la causa republicana.

Entre sus otros escritos destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú, titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940), conmovedora visión de la guerra de España y expresión de su madurez poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-1932, aparecieron en 1973.

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