La parlamentaria fujimorista Patricia Juárez solicitó a la presidenta de la Subcomisión, la apepista Lady Camones, que se le exija al expresidente retirar la palabra ofensiva, calificando su salida de “acto de cobardía”.

Durante su defensa, Castillo reiteró los mismos argumentos que utilizó en su juicio oral por rebelión, calificando al Congreso de “desligitimado” y de carecer de “vergüenza, moral y política”. Además, negó su destitución, asegurando que sigue siendo “presidente constitucional de la República” y responsabilizó al Legislativo por el golpe en su contra.

El exmandatario acusó al Gobierno y al Congreso de ser rechazados por la ciudadanía y aseguró que, aunque lo inhabiliten, “el pueblo tendrá sus propias respuestas”. También mencionó supuestos intentos de congresistas por influir en decisiones ministeriales a cambio de favores políticos, advirtiendo que haría públicos esos pedidos en el momento oportuno.

Finalmente, Castillo defendió a sus coacusados y negó cualquier participación en el delito de rebelión, asegurando que sus reuniones previas al 6 de diciembre fueron únicamente con su equipo legal y algunos congresistas para responder a la tercera moción de vacancia.