“Al señor Cavero, muchacho Cavero… Si tiene preguntas que hacer, ¡hágalas! Pero no se las responda pues. Hay que recordar la historia, muy utilizada por el fujimorismo y durante la dictadura de los 90. Seguramente usted ni había nacido”, expresó Noblecilla.

Cavero respondió con firmeza, defendiendo su juventud y cuestionando la falta de argumentos de su interlocutor:
“Yo lamento que, frente a la falta de argumentos, lo que queda es ‘chibolear’ o faltarle el respeto. Estoy muy orgulloso de mi juventud y de las nuevas generaciones en este Congreso. He hecho preguntas concretas que no me han contestado. Hablan de obstrucción, ¿a cuántos gabinetes se les negó la confianza?”, afirmó.

El parlamentario también criticó las estrategias del abogado, calificándolas de “defensas mediocres” sin fundamentos:
“Vienen a hacer proclamas políticas y, al final, la consecuencia va a ser la desgracia de sus propios defendidos… Lamentablemente, aquí lo que se hace es denigrar, descalificar, insultar. Creo que ya hemos escuchado bastante y habría que retirarlos de la sala porque no están cumpliendo ninguna función de defensa”, añadió Cavero.

La sesión estuvo marcada por constantes interrupciones y llamados de atención debido a la actitud de los acusados, sus abogados y algunos congresistas que respaldan a Pedro Castillo. El expresidente tuvo que ser interrumpido en varias ocasiones durante su descargo, llegando incluso a llamar “basura” al presidente interino del Congreso, el fujimorista Fernando Rospigliosi, y presentarse como presidente constitucional “secuestrado” en el Penal Barbadillo, a pesar de haber sido vacado el 7 de diciembre tras el golpe de Estado.

El cruce evidencia la polarización política y las tensiones generacionales que atraviesan el Congreso peruano en un debate clave sobre la responsabilidad y posible inhabilitación del expresidente Castillo.