Durante un foro virtual en noviembre del año pasado, donde abordó las protestas contra el efímero Gobierno de Manuel Merino, quien reemplazó por menos de una semana a Martín Vizcarra tras su destitución, Béjar afirmó que hubo agentes de inteligencia de la CIA que salieron a las calles infiltrados en las marchas de la izquierda contra el Gobierno interino, y que fueron justamente estos espías norteamericanos los que generaron destrozos y violencia con el objetivo de “justificar la represión” de la Policía.

En el relato agregó que esta práctica es “antiquísima” y que las Fuerzas Armadas peruanas fueron cómplices de estas operaciones. En ese marco, culpó específicamente a la Marina diciendo que junto a la CIA iniciaron el terrorismo comunista en el Perú, del cual él fue parte como miembro fundador del ELN, y que ello “se puede demostrar históricamente“, porque “han sido entrenados para eso por la CIA“.

Béjar incluso dio detalles de esta fantasía que se inventó para justificar los atentados que él mismo cometió de joven, diciendo que “fueron francotiradores, enviados por la administración del ex presidente Alejandro Toledo, los que mataron a cuatro policías durante la toma de la comisaría de Andahuaylas en el 2005, hecho por el que fue detenido el nacionalista de derecha Antauro Humala“.

Horas después de que estas viejas declaraciones del comunista se viralicen en redes sociales, la Marina, a través de un comunicado oficial, consideró que las palabras de Béjar constituyen “una afrenta contra los hombres y mujeres que lucharon contra la delincuencia terrorista, y contra las viudas, huérfanos y deudos de las víctimas de esta execrable acción“.

Además, la Marina le recordó al funcionario que su personal actualmente se encuentra en el Vraem, una región peruana donde todavía opera el Partido Comunista Militarizado (sucesor de Sendero Luminoso) y donde manejan el narcotráfico.

La presión sobre el presidente se hizo sentir y el propio ministro de Defensa, el comunista Walter Ayala, aseguró que tuvo una charla con Castillo en donde le presentó dos opciones para salir de esta crisis: que Béjar deje el cargo o que presente sus disculpas oficiales por televisión por sus comentarios.

Béjar dijo que disculpas no iba a pedir y fue expulsado del gobierno luego de tan solo 19 días en el cargo, donde su única medida fue tal vez una que tenga un enorme impacto en el Perú: sacó al país del Grupo de Lima, organización internacional creada para contrarrestar el Foro de Sao Paulo en la región.